🧠 ¿Data-Driven o Ego-Driven?

El dashboard tiene la razón hasta que mi ego diga lo contrario...
“Tomamos decisiones con base en datos.”
Esa frase debería venir con un asterisco.
Porque lo que realmente quieren decir es:
“Usamos los datos hasta que contradicen lo que ya decidimos.”
He visto directores reescribir escenarios enteros porque un Excel no coincidía con su “visión”.
Y ahí están los analistas, corriendo simulaciones nuevas hasta que el resultado cuadra con el ego del jefe.
Bienvenidos al verdadero machine learning corporativo:
enseñar al algoritmo a pensar como el director.
💥 La verdad sin anestesia
El discurso “data-driven” es el nuevo incienso corporativo.
Se usa para que huela a ciencia, lo que en realidad huele a soberbia rancia.
Cuando el número no da, no se duda de la decisión:
Se duda del modelo, del analista, del dato, del clima o del tráfico del lunes.
Y si todo falla, llega el as bajo la manga:
“Hay un imponderable que el modelo no considera.”
Así, el ego queda limpio.
No se equivocó. Solo fue víctima de un universo incompleto.
Seamos honestos.
El ego nunca va a permitir que una simple gráfica —esa que procesó millones de datos, con más precisión que cualquier comité— tenga más autoridad que él.
Porque aceptar eso sería admitir que el algoritmo entiende mejor el negocio que quien lo dirige.
Y eso, en el teatro corporativo, es blasfemia ejecutiva.
He visto líderes con veinte años de experiencia mirar un dashboard y decir la frase más peligrosa del siglo:
“Yo tengo otros datos.”
Traducción: no me gusta la verdad, así que inventaré una más cómoda.
Los datos no pierden frente a la intuición.
Pierden frente a la soberbia.
Esa necesidad de seguir teniendo la razón, aunque el mercado esté gritando lo contrario.
Y mientras las gráficas se perfeccionan con ciencia,
los egos se blindan con poder.
Porque en muchas organizaciones, la jerarquía pesa más que la evidencia.
Las empresas data-driven avanzan con hechos.
Las ego-driven editan la realidad hasta que encaje con su historia.
Una decide con la mente abierta.
La otra, con la razón secuestrada.
Una construye futuro.
La otra maquilla el presente.
🤟 Menos Palabras, Más Acción
👉 Antes de pedir otro reporte, pregúntate si buscas claridad o confirmación.
⚙️ Cuando un número contradiga tu creencia, detente antes de ajustar la fórmula.
🚀 Haz que tus datos incomoden: si siempre confirman lo que piensas, algo estás ocultando.
🔍 Pide explicaciones, no justificaciones.
💡 Y recuerda: los datos son brújula, no espejo retrovisor.
Y al final, la pregunta que separa a los que evolucionan
de los que se autoengañan:
¿Eres data-driven… o ego-driven?
¿Tomas decisiones con datos reales o con verdades que te convienen?
📣 Si esto te dolió, es porque era para ti. Hablemos en gradumultra.com.
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